El todavía director de Crónicas de Lanzarote ha tenido a bien dedicarme su última encíclica. Sin nombrarme, por supuesto, que una cosa es llamarme de todo y otra hacerme publicidad gratuitamente. Ya ves, Alfonso, a mí no me importa promocionarte a ti, de hecho puedo seguir haciéndolo el tiempo que haga falta, no pasa nada.
A continuación voy a desgranar algunas piezas del artículo, a modo de divertimento personal más que nada, no se vayan a pensar.
Sabía que mi artículo de la semana pasada sobre los morroagitadores iba a despertar las iras de los intolerantes que se arremolinan en torno a lo que se define a sí misma como la progresía lanzaroteña. Es una especie de grupo neonazi que no acepta la menor crítica. O piensas como ellos, o te masacran.
El comienzo es contundente, no me digan que no. Ahí donde lo leen, esa especie de grupo neonazi que no acepta la menor crítica soy yo. Ni más ni menos. Se refiere al artículo que escribí la semana pasada en esta misma web. Nadie más se ha metido con él, no hay artículos en ningún otro medio recriminándole nada. Nadie más de la Plataforma Jable ha salido a la palestra, ni tampoco de Transparencia Urbanística, excepción hecha de Luis Guirao, que participó en una entrevista en el programa La Tertulia de Canal 9 sin mencionar a nadie ni meterse con partido o persona alguna.
Así que por lo que yo sé, el grupo soy yo, no hay más. Es ley de farruco de toda la vida, queda mucho mejor ante la peña hacer ver que te enfrentas a un montón de maníacos que a un simple articulista. ¿Y por qué dice que soy un neonazi que no acepta la menor crítica? Aquí a Alfonso le vino que ni pintado el artículo de Antonio García, publicado en La Opinión. La idea es básicamente la misma, si escribes un artículo defendiéndote de las críticas que te hacen, eres un intolerante nazi. Lo normal sería acatar sin rechistar, de lo contrario… nazi.
Cualquiera puede venir a verme a la radio y hacerme entrar en razón con lo que sea. Es más, suelo cambiar de opinión con bastante frecuencia. Lo que ocurre es que ninguno de estos progres de tres al cuarto se ha atrevido jamás a llamarme por teléfono para preguntar mi opinión sobre nada.
Esto tiene gracia. Así que antes de escribir un artículo sobre las opiniones que dejas escritas en tu web tendría que hacerte una llamadita. ¿No sería más normal que antes de escribir majaderías sobre los vecinos de Morroangelito o sobre una Plataforma a la que tachas de manipulada de buenas a primeras te preocuparas tú por llamar, informarte e informar, como han hecho la mayoría de los periodistas que han sacado noticias sobre nuestra actividad? Lo peor es que sí que estás informado… de sobra, además. Por eso digo que mientes a sabiendas cuando nos acusas de estar manipulados por el PSOE. Sabes lo que sabes, pero te da igual, esparces tu discurso de todos modos.
No tienen lo que hay que tener para decirme las cosas a la cara. A alguno de estos atrincherados, a los que no conoce ni la madre que les parió, seguro que me lo he tropezado por la calle, y seguro que habrá girado la cabeza por si le reconozco.
Ojito con Alfonso Rambo Canales… que es mu peligroso. Sí que me conoces Alfonso, me publicaste muchos artículos en Crónicas, ¿o ya no te acuerdas? Fibonacci era chachi. De hecho soy yo el que no se esconde con insinuaciones. Lo que quiero decirte a ti te lo digo directamente, no como haces tú. ¿Por qué no hablas claramente y te dirijes a mí como es debido? ¿De verdad es porque no me quieres hacer publicidad, o por alguna otra cuestión?
Que se hagan conocidos por sus méritos, no por poner a parir a gente que piensa de forma distinta con mentiras terribles que no se creen ni ellos mismos, y que más de uno, si sigue por ese camino, tendrá que demostrar ante un tribunal de justicia.
¿Quién te ha puesto a parir, Alfonso? Eso lo haces tú. ¿El qué es mentira terrible? ¿Que ahora trabajas en Lancelot? ¿Que te interesa propagar la idea de que tras los movimientos anticorrupción que están tomando forma anda el PSOE, aunque sepas que no es así? Claro que sí te interesa, igual que te interesó publicar en lugar destacado la dimisión de cierta militante del PSOE. Tú vas a lo tuyo, tienes tu estrategia, y no es una estrategia que te dicte tu conciencia. Lo mismo que tenías tu estrategia cuando pusiste tu web al servicio de los ACULANZA. Por aquella época me di cuenta de lo que había. Me costó mis palos, pero aprendí a entender quién era Agustín Acosta… y quién eres tú. Ahora no voy con la guardia bajada, y tengo mejor defensa que entonces. Al menos puedo escribir sobre lo que me da la gana sin que nadie me pegue el toque, lo cual no es poco.
Creo que llegan aires de cambio en el PSOE, de lo cual me alegro enormemente. Espero que en esos aires de cambio se incluya a los excluyentes del pensamiento único. Deseo enormemente que se deje de seguir jugando a la manipulación y se dé cobertura a toda esta gente, a los cuales supongo que alguien financia para que puedan seguir propagando basura en contra de personas que lo único que pretendemos es dar nuestra opinión sobre lo que creemos que está bien y sobre lo que creemos que está mal.
Cómo no, no podía concluir sin hablar del PSOE. El PSOE, en realidad el sector Espino del PSOE, se ha convertido en el cajón de sastre favorito de los periodistas tipo Canales o Coll. Todos los que les caemos mal o no les gustamos somos del PSOE, sector Espino. Así de sencillo.
Se explica fácilmente. Hoy por hoy, la gente, sobretodo en Lanzarote, siente casi un odio visceral hacia los políticos en general. Un odio que se han ganado a pulso a base de corruptelas, promesas incumplidas, prevaricaciones varias, negligencias e insultos cotidianos de los unos a los otros y viceversa. Por eso cualquier persona que desee desprestigiar un movimiento asociativo incómodo lo tiene tan fácil. Basta con sembrar la duda de que detrás anda un partido político para desmovilizar al personal. Somos cómodos, una simple duda basta para dejarnos quietos en el sofá, que es donde ellos nos quieren.
Ahí es donde tú nos quieres Alfonso. Y ahí es donde yo soy una pequeña amenaza. Escribir articulitos intelectualoides está bien, pero montar o ayudar a montar asociaciones ya es otro rollo. Está bien, no pasa nada, tú has elegido tu camino… pero no nos pidas a los demás que nos apartemos para que puedas circular a tus anchas por él.
