Es más factible promocionar un crucero por el Caribe con el apoyo del Ayuntamiento de Arrecife que hacer lo propio con la última obra de un escritor local, nacional o internacional. Ese parece ser el mensaje dado por la corporación capitalina presidida por Cándido Reguera (PP) tras la cancelación de la ya tradicional Feria del Libro, que en este año 2011 debería haber cumplido su XVII edición. Al contrario, la institución municipal que aduce ahora «motivos presupuestarios y de coordinación con el Cabildo» para evitar la cita anual con la cultura, inauguró el pasado mes de febrero la I Feria de Cruceros de la capital, en la que casi una veintena de compañías navieras intentaron mostrar y vender sus promociones a la población arrecifeña.
La pasada feria del Crucero intentó venderse por parte del ayuntamiento como un reclamo turístico para una ciudad que cada vez recibe mayor número de embarcaciones de este tipo. Sin embargo, como toda feria, esta estuvo destinada a la búsqueda de potenciales clientes por parte de las compañías marítimas en una isla en la que una escasa minoría de la población opta -seguramente en este caso sí por «motivos presupuestarios»- por pasar las vacaciones a bordo de un crucero.
A pesar de ello, Reguera y su corporación, de la mano con una agencia de viajes local, se esmeraron en que la feria del Crucero fuese un éxito mediante la actuación de batucadas, grupos folclóricos, animación infantil, actividades lúdicas y un lustroso acto de inauguración. Royal Caribbean, Celebrity Cruises, Azamara, Costa Cruceros o Pullmantur fueron algunas de las compañías que disfrutaron del espacio cedido en el Parque Ramírez Cerdá durante un fin de semana y que fue promocionado con cartelería y anuncios en los medios por parte del Ayuntamiento.
No han corrido la misma suerte los libreros de la isla, así como asociaciones y ONG que habitualmente han colocado sus puestos en una feria del libro ya consolidada y que reproduce una costumbre habitual en la mayoría de la las ciudades del mundo llegada la primavera, en torno al Día Mundial del Libro.
En el caso de Arrecife venía siendo habitual que además de los ‘stands’ que animaban espacios como el Parque Viejo o, en su última edición, la Rivera del Charco de San Ginés, la Feria del Libro fuese aprovechada para dar cabida y exponer las actividades de «cultura de base» realizada en escuelas municipales e instituciones como el Conservatorio de música, el Teatro Estudio de Arrecife o por parte de artistas plásticos locales. En definitiva, la buena excusa de la lectura y la literatura era utilizada para dar cabida también a expresiones culturales infantiles, juveniles y adultas que se realizan a bajísimo coste en diferentes puntos del municipio y de la isla.
También, como en toda feria literaria que se precie, había un espacio para la presentación de libros, fundamentalmente de autores locales y muchos de ellos de temática relacionada con la cultura, identidad y costumbres de Arrecife, Lanzarote y Canarias. Tal fue el caso, en la pasada edición, de la obra «Sorondongos de Lanzarote», de juan Brito, o la reedición póstuma de «Arrecife de ver pasar», de Agustín de la Hoz.
En su lugar este año Arrecife contará con una «Semana del Libro» que se reducirá a ciertos descuentos en determinadas librerías del municipio y cuentacuentos en la Biblioteca Infantil.
En la trastienda de la cancelación de un acto en principio poco costoso muchos han querido ver la situación en la que se encuentra el área de cultura del ayuntamiento capitalino, tradicional organizadora de este evento anual. El actual concejal de dicho departamento, el popular Lorenzo Lemaur, no repite en las listas a la corporación municipal para los comicios a celebrar el próximo 22 de mayo lo que ha podido generar desavenencias en el seno de su partido y del grupo de gobierno del que aun forma parte. El propio Lemaur ha pasado la pelota al Cabildo, señalando que la financiación, que corría a cargo de la institución insular, este año tampoco ha llegado.
En otros ámbitos, no obstante, el Ayuntamiento sí ha mostrado disponibilidad de fondos, como se apreció la semana pasada cuando se instaló una gran plataforma en la Playa del Reducto para emitir en pantalla gigante el partido de Semifinales de la Liga de Campeones entre Madrid y F.C. Barcelona que finalmente fue desaconsejado por la Policía local y cancelado, así como en otros espectáculos multitudinarios celebrados durante el último año.