Arrecife cuenta con el dudoso honor de tener uno de los Ayuntamientos canarios más salpicados por casos de corrupción en los últimos años. Desde aquella incompatibilidad del entonces secretario, Felipe Fernández Camero, que denunciara la revista Cuadernos del Sureste, y que costó a los responsables de la publicación una cuantiosa multa y un vía-crucis judicial del que finalmente salieron victoriosos, se han producido otros escándalos, de tal calado que el caso Camero parece una minucia en comparación. Caso Unión, Jable, Montecarlo, decenas de imputados, redadas policiales, robos más que sospechosos…
Lo cierto es que, hoy por hoy, el Ayuntamiento de la capital de Lanzarote, «el paraíso de los 200 imputados«, como titulaba el diario El País hace poco, sigue tomado prácticamente por los mismos. Ahí siguen la hija de Dimas, Elena Martín, el ex-jefe de la oficina Técnica, Rafael Arrocha, el ex-interventor Carlos Sáenz… todos ellos cobrando sueldo público, en algunos casos haciendo no se sabe muy bien qué. y todavía hay quienes se sorprenden de que «entren a robar», casualmente no funcionen las cámaras de seguridad y nadie sepa nada. Lo que tenemos en Arrecife no es un Ayuntamiento, es la cueva de Alí Babá.
Lo de Rafael Arrocha es especialmente sangrante. De todos los imputados fue el que pasó más tiempo en prisión, y sus «presuntas» corruptelas están precisamente vinculadas a la empresa que hoy nos ocupa, URBASER. Este señor, después de ser detenido una primera vez en la primera redada de la Operación Unión, volvió a ser reintegrado a su puesto en cuanto le soltaron, otra vez como Jefe de la Oficina Técnica… y adivinen qué, ¡volvió a hacer lo mismo y volvió a ser detenido en una segunda Operación, la Operación Jable! Así justificaba el juez su puesta en libertad primera, antes de volver a ser detenido una segunda vez:
“A la vista de la repercusión mediática que ha tenido este procedimiento en la isla conejera, no parece que se le ocurra ni al imputado pedir o aceptar, ni a un empresario ofrecer o pagar comisión alguna, por lo que no se considera que exista temor de que el imputado vuelva a cometer este delito de cohecho”
Ingenuidad vestida de toga.
El caso es que Rafael Arrocha se servía de la empresa Urbaser (y de la complicidad de sus directivos) para saquear las arcas públicas:
– Facturando trabajos nunca realizados.
«autorizar el pago de de facturas cuya prestación de servicios efectivamente no se ha producido o se ha incrementado notablemente para que a través de Urbaser SA sean imputadas al consistorio municipal de Arrecife»
– Creando un «entramado empresarial» que le permitía ser juez y parte en concesiones y trabajos puntuales de todo tipo. Una de estas empresas era Gamma 3, que llevaba junto a Julio Romero (hoy presidente del Club Náutico) y Manuel Spínola.
Y todo sigue igual. Rafael Arrocha sigue hoy por hoy vinculado al Ayuntamiento de Arrecife, como funcionario con puesto fijo. Y ahí sigue también la empresa URBASER, esa de la que Isabel Déniz «presuntamente» se servía para conseguir «regalos» de todo tipo (el administrador de Urbaser por aquel entonces se refería a ella como la «trincona»). Así lo contaba un medio local:
en el Sumario del Caso «Unión» se reflejan los pagos que «el Gerente de URBASER, Jacinto Álvarez le realizó a María Isabel Déniz», al igual que regalos costosos como «un Rolex de 4.500 euros y varios bolsos Loewe», presuntamente a cambio de la contratación de los servicios de dicha empresa por el consistorio capitalino.
Urbaser vuelve a ser contratada por los mismos de siempre, PSOE-CC, para seguir limpiando nuestras calles y nuestra basura… bonita metáfora de lo que ocurre en esta Isla. Esto es Lanzarotelandia.