Breve historia reciente de Inalsa

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Aunque parezca imposible de creer, INALSA era una empresa plenamente solvente hasta el otro día, como quien dice. La práctica totalidad de los más de 40 millones de euros que la empresa todavía pública debe los acumuló en apenas cinco años. Así fue como sucedió.

La desaladora fallida. Contrato Edam Janubio.

Año 2.001. Enrique Pérez Parrilla (PSOE) presidía el Cabildo Insular de Lanzarote. Se firma un contrato para adjudicar la construcción de una nueva planta desaladora en el sur de la isla. La situación la resumía La Voz de Lanzarote así:

Este contrato fue firmado por Enrique Pérez Parrilla como presidente del Cabildo y Plácida Guerra como máxima responsable de Inalsa. En el mismo se establecía que la constructora (Fomento de Construcciones y Contratas) podía explotar durante quince años la venta del agua desalada como parte del pago por la ejecución de esas obras.

Los trabajos se vieron demorados debido a la tramitación de los permisos necesarios, tanto por el tipo de tareas a realizar como por la calificación del terreno, especialmente protegido, según destaca el laudo, hasta que “por fin, la necesidad de agua hizo que demandante y demandada (la UTE e Inalsa) llegaran a un acuerdo para ejecutar los trabajos en una situación de precario legal, no obstante lo cual los mismos terminaron, a falta de la instalación del equipamiento técnico de desalación”.

En resumidas cuentas, se construyó la nave, pero no se equipó ni llegó a ser operativa en ningún momento. La chapuza (incluso el terreno señalado no era legalmente apto para lleva a cabo tal obra) costó muy cara. Como quiera que el pago de la obra debía concretarse con la venta de un agua que jamás llegó a producirse, la UTE reclama y, 5 años después, en el año 2.006, llega el laudo arbitral que exige a INALSA pagar 10 millones de euros en concepto de indemnización, corroborado en diciembre del 2.010 mediante sentencia de la Audiencia Provincial de Las Palmas.

Este momento marca un punto de inflexión fundamental en la existencia de INALSA. Esos 10 millones, aunque recurridos, fueron una rémora que impedirían a la empresa de aguas llegar a acuerdos ventajosos en cuanto a la contratación de la electricidad necesaria para generar el agua potable.

Aumento de las tasas eléctricas

Como decimos, la chapuza de Edam Janubio, echó por tierra la hasta entonces casi inmaculada trayectoria económica de INALSA. A partir de ese momento la deuda no dejó de aumentar exponencialmente, agravada por un aumento constante en las tasas eléctricas que la compañía debía pagar a Unelco. En efecto, dichas tasas pasaron de 5 céntimos el Kw Hora, a casi 10 céntimos en apenas cuatro años. La empresa Unelco, perteneciente a ENDESA, privatizada en el año 1988 por el gobierno de Felipe González y absorvida en el 2009 por la multinacional italiana EVEL, justificó su aumento en las tasas eléctricas por la mencionada situación en la que se encontraba INALSA tras el Laudo. Al final se decidió abandonar UNELCO-ENDESA-EVEL y pasar a UNIÓN FENOSA, pero con unas tasas igualmente desfavorables, que superan los 10 céntimos el Kw hora. La situación es tal, que el propio presidente San Ginés reconoció que la deuda con Unión Fenosa había aumentado en 9 millones de euros en sólo 9 meses, a razón de un millón al mes.

Red obsoleta. Pérdidas constantes

Debido a ese aumento constante de la deuda, ha sido complicado acometer las necesarias obras de actualización en la red, lo cual ha agravado todavía más la situación, como una pescadilla que se muerde la cola. A estas alturas se estima que casi la mitad del agua que produce INALSA se pierde directamente a través de las tuberías rotas, enganches ilegales y desperfectos varios.

Desaladoras en situación irregular

INALSA es la única empresa que puede producir agua en Lanzarote. Sin embargo, algunos hoteles del sur recurrieron a la construcción de sus propias desaladoras. Tras el aborto de Edam Janubio, la situación fue abiertamente tolerada por los consejos políticos que dirigían INALSA, con convenios muy poco ventajosos para el interés general. La administracion concursal que hoy rige la empresa pública ha calculado que si la situación se normalizara, la empresa de aguas de Lanzarote podría ingresar cerca de 4 millones de euros al año para sus maltrechas arcas.

La hucha de los partidos.

Como una leyenda urbana difícil de demostrar, pero con evidentes fundamentos, circula por Lanzarote el rumor de que partidos políticos y políticos en particular, han pagado desde siempre todo tipo de cuestiones a cuenta de INALSA, justificando tales facturas con obras infladas de precio o directamente no realizadas. Así, el dinero que supuestamente fue utilizado para reparar una cañería, pudo muy bien haber servido para pagar algún que otro almuerzo, por no mencionar asuntos de mayor enjundia. Pero como decimos, esto es muy difícil de demostrar. Las auditorías obligatorias reflejan cuantías y presunto destino de las obras, pero ¿cómo saber si las tuberías que se dice que se repararon fueron reparadas realmente? Si algo nos demostraron las operaciones Unión y Jable, es que motivos para la desconfianza y el mal pensar hay de sobras.

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