China, la nueva ‘superpotencia’ turística

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Tomás J. López, Arrecife de Lanzarote

Según el Banco Mundial, China será la primera potencia económica del planeta cuando se acerque el final de la presente década. El carácter emergente del «gigante asiático» se expande a la práctica totalidad de sus sectores productivos y en este marco de vertiginoso crecimiento el turismo no le va a la saga.

El empuje en un ámbito hasta hace poco muy secundario para la economía oriental ha hecho que se trastoquen las clasificaciones de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que hace unos días ofrecía los datos definitivos sobre la actividad a nivel global en el ejercicio 2010.

Mientras China crece de manera vertiginosa los destinos turísticos europeos tradicionales, como España, se estancan. El dibujo que realiza la OMT parece una metáfora sobre la nueva era económica que se abre, en la que los llamados «emergentes» han distorsionado las ideas sobre centro y periferia que hasta hace pocos años operaban sin sobresaltos. China es ya la tercera receptora de turistas del Mundo y se ha convertido en el tercer país emisor de divisas en el negocio de los viajes.

El todavía no del todo explotado potencial turístico de un país con más de 1.300 millones de almas, siendo la economía que registra mayor crecimiento del Globo, comienza a notarse en los «ranking» mundiales. La clasificación planetaria siguió en el pasado 2010 liderada por Francia, con 76,8 millones de visitantes, y Estados Unidos, con 59,7 millones. Pero llama la atención el ascenso de China, que recibió 55,7 millones de turistas desbancando por primera vez en su historia a España (52,7) e Italia (43,6).

Resulta significativo el crecimiento registrado por EE.UU. a lo largo del año pasado, con un 8,7% más de visitantes. Pero es China, con un +9,4%, el país que emerge como superpotencia mundial en el ámbito turístico. Los datos de la República Popular contrastan con el relativo estancamiento de dos potencias turísticas europeas como España e Italia.

Los datos para el Estado español, aparentemente mejorables en lo que se refiere a la clasificación mundial, se contrarrestan con el hecho de que España sigue siendo segunda potencia en cuanto a ingresos económicos resultantes del negocio turístico, solo superda por EE.UU. Esto quiere decir que aunque Francia o China recibieran más turistas en 2010, estos gastaron menos que los que viajaron a España.

Aun así, el ascenso chino en el capítulo de ingresos no deja de ser igualmente reseñable. El gigante asiático anotó un crecimiento del 15,5% y pasó a ocupar la cuarta posición en el ranking, relegando a Italia al quinto puesto. El crecimiento mundial de los ingresos derivados del negocio turístico en 2010 fue de en torno al 5%, con lo que China triplicó la tasa media durante dicho ejercicio.

Los chinos son también terceros como turistas

En el lado contrario a la recepción, Alemania sigue liderando el ránking de mercados emisores. Los turistas alemanes gastaron un total de 77.700 millones de dólares en sus viajes al extranjero en 2010. A continuación vienen los turistas de EEUU y tras ellos, por primera vez, China se sitúa en la tercera posición, desbancando en esta ocasión a Reino Unido y Francia.

«China ha logrado multiplicar por cuatro el gasto desde el año 2000, con lo que ha registrado el crecimiento más rápido, con diferencia, en esta categoría durante la pasada década», apunta la OMT.

China y Canarias: ¿oportunidad o amenaza?

La irrupción de China como superpotencia turística tanto en recepción de viajeros como en emisión de los mismos obliga a reflexionar sobre el futuro marco global en el que tendrá que desenvolverse la principal industria de Canarias.

El interés de la República Popular sobre el Archipiélago se ha focalizado en los últimos tiempos en las posibilidades logísticas del país como plataforma atlántica con importantes bases portuarias que sirven ya de nudo para las relaciones comerciales de los orientales con África -continente con el que China ha multiplicado por 7 sus relaciones económicas en los últimos 10 años-. En este marco se produjo, el pasado mes de enero, la visita del viceprimer ministro chino, Hui Liangyu, a las islas, donde exploró las posibilidades de Canarias como base para la penetración del «gigante» en la fachada occidental africana.

Si en el ámbito comercial y geoestratégico Canarias parece formar parte de los planes del vertiginoso desarrollo chino no ocurre lo mismo en el sector turístico, en donde apenas ha habido contactos entre los responsables chinos y canarios de la rama. Solo la visita en 2008 de la entonces consejera de turismo autonómica, Rita Martín, a la feria COTTM de Pequín se puede mencionar en este sentido. En aquel momento Martín habló de un «viaje de prospección» en un mercado emergente, al que siguió meses después una «visita de familiarización» de agentes de viaje chinos a Canarias.

Lo cierto es que por el momento los chinos siguen sin figurar en las estadísticas de nacionalidades emisoras de turistas a Canarias. La principal razón se encuentra en las grandes distancias existentes entre ambos territorios y la existencia de destinos más cercanos con ofertas similares a la que tradicionalmente ha brindado Canarias, de lo que se deriva la falta de interés y por ende de conectividad aérea con el país asiático. La preferencia los viajeros orientales por destinos culturales y ambientales contrasta además con el «sol y playa» que se ha asociado durante décadas a la marca Canarias.

Según expertos del sector, solo el turismo de negocios, congresos y convenciones que se desarrollara en el Archipiélago podría en la actualidad resultar llamativo para una pequeña proporción de potenciales viajeros chinos, y casi siempre asociados a actividades económicas preestablecidas -como los vínculos comerciales nombrados anteriormente-.

En el lado contrario, tampoco supone por lo pronto China una competencia que pueda amenazar en nada al destino Canarias. La cercanía a nuestro tradicional mercado europeo, la experiencia y especialización de las islas en el modelo de «sol y playa» y las condiciones que encuentra el turista en el Archipiélago hacen que no sea China un destino que compita por el mismo perfil de viajeros que visitan las islas.

Aun con todo, la irrrupción de China y los países emergentes en el mercado turístico marca y marcará aun más el futuro inmediato del sector a nivel global. Países como Cuba o Venezuela intentan extrapolar sus vínculos económicos y políticos con el régimen de Pequín al ámbito turístico, y sus autoridades se esmeran en abrir las puertas al creciente mercado oriental. Europa explota su riqueza cultural ante un potencial visitante chino ansioso por conocer el Louvre, la Acrópolis, Buckingam o Santa María del Fiore. El mandarín se asienta entre los idiomas en que se editan las guías turísticas y todo apunta a que nada volverá a ser lo mismo que cuando China era un país periférico.

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