El principal y casi único argumento al que se aferran los peperos para defender las prospecciones y posterior extracción petrolífera en Canarias, mientras las rechazan en otros lugares de la geografía española, es que «antes que Marruecos lo haga, mejor lo hacemos nosotros». Así de sencillo.
Les ha venido de perlas lo de Marruecos. En vez de intentar defender nuestros intereses en el Parlamento europeo, presionando al gobierno marroquí o denunciando el caso a nivel internacional, lo utilizan como excusa para sacar tajada.
Porque al final se trata de eso. Que no le quepa a nadie ninguna duda. Mientras existan paraísos fiscales y bancos piratas que permiten a los corruptos y comisionistas guardar su dinero a salvo de inspecciones y declaraciones, nuestros políticos seguirán siendo tentados una y otra vez, y ellos caerán en la tentación una y otra vez. Piensen en esto: Camps declaró un patrimonio de 13.000 euros. Un insulto a la inteligencia. ¿Qué habrá ofrecido Repsol a Soria y quien sabe a cuantas personas más? Esta gente va a ser la única beneficiada con todo esto.
Pero volviendo a lo de Marruecos. Es como si supieras que te van a dar un patada y, en vez de evitarlo, lo usaras como excusa para pedir a un colega que te diera otra más fuerte. Antes de recibir por parte de un desconocido, que me haga daño un colega. Eso sí, al final recibes las dos patadas, la del desconocido y la del conocido. Doble ración.
He llegado a leer por ahí que las plataformas supondrán un gran beneficio porque necesitarán cocineros y freganchines. Toma castaña. Ellos ganarán miles de millones de euros con el expolio, y nosotros contentos porque a uno de los nuestros le darán un trabajo de freganchín. Ni los nativos americanos les resultaron tan baratos a los conquistadores españoles, cuando se llevaban su oro a cambio de espejitos y cuentas.
Porque yo les digo una cosa. Si a mí me dijeran que el 90 por ciento de lo extraído junto a nuestra costa iba a ser utilizado para beneficio de la comunidad, hasta me lo planteaba. Al menos yo. El desastre ecológico sería el mismo, y tal vez un accidente futuro haría que mi avaricia (colectiva, pero avaricia) fuera duramente castigada, algo por lo que me arrepentiría toda mi vida. Pero me lo pensaría.
Si me dijeran que el dinero del petróleo iba a servir para construir y mejorar hospitales, escuelas, infraestructuras… que iba a servir para invertir en energías renovables que nos dieran un futuro una vez el petróleo se agotara… que iba a servir para dar vida a nuestros campos, de forma que no dependiéramos tanto de fuera en materia alimentaria… que iba a servir para darnos trabajo, o que se iba a repartir en rentas vitalicias para cada familia, especialmente las más necesitadas… entonces sí me lo pensaba.
Pero no va a ocurrir nada de eso. Los comisionistas se llevaran su parte, la empresa se llevará el mayor trozo, y un mínimo porcentaje repercutirá en las arcas públicas, apenas lo justo para seguir pagando a los enchufados que cada partido tiene en las diferentes administraciones. Eso será todo. A no ser que les hagamos sudar sangre… o petróleo.
