Fernando Marcet Manrique
Al final lo hicieron. CC, PIL, PNL y PP pactaron, así que tenemos nuevo presidente cabildicio. Seguramente será Pedro San Ginés, tras la dimisión ayer de Manuel Fajardo Feo. ¿Casualidad? Está claro que no. CC tenía muy claro qué es lo que iba a pasar hoy. Por alguna razón Fajardo no quiso tal responsabilidad o entre todos decidieron que Pedro era la mejor opción. Apuesto por lo primero, Fajardo es un tipo con experiencia y sabe la que se avecina, de modo que ha preferido dejar que Pedro se coma el marrón.
Si el pacto se extiende al resto de instituciones, como parece ser la idea, al final sólo quedaría el municipio de San Bartolomé gobernado por los socialistas. El resto de la isla, salvo Yaiza (del PIL) y Arrecife (¿Pedro de Armas? PNL), volvería a estar gobernada por Coalición Canaria. Exactamente igual que hace dos años y medio, allá por mayo del 2007 ¿Recuerdan? Inés Rojas, Isabel Déniz, Miguel Martín, Suso Machín, Torres Stinga… lo tenían prácticamente todo. Como sucedió entonces, Coalición Canaria se vería acabando la legislatura gobernando el Cabildo y la mayoría de municipios, dejando en mucha gente la sensación de que ostentan un apabullante poder sin haber ganado votos suficientes para ello. Sí, es verdad que son las reglas del juego, que los pactos permiten este tipo de cosas, pero no hablamos de legalidades, sino de sensaciones. Del mismo modo que a muchos arrecifeños les costará asimilar que un Pedro de Armas con apenas unos cientos de votos sea su alcalde. Esas son el tipo de cosas con las que la gente se queda a la hora de votar.
La mayoría de los lanzaroteños no son de leer mucho la prensa ni de analizar el día a día político (hablo de la mayoría, no de todos). Ya les puedes decir que durante dos años y medio el PSOE hizo una pésima gestión; ya puedes explicarles que ellos también pactaron con el PIL; ya puedes contarles que en el PSOE también hubo imputados cuando la Operación Unión (allá en la prehistoria, te dirán en el 2011). Pero nada de eso calará. Lo que sí que cala bien hondo, aquí y en San Petersburgo, es la sensación de que un partido tiene un poder que no merece. Por ahí vendrá el batacazo monumental que se va a pegar Coalición Canaria dentro de año y medio. Y si no, al tiempo.
Albergaba mis dudas acerca de los resultados que obtendría el PSOE en los próximos comicios locales. Aunque tengan un buen colchón de simpatizantes que les garantiza un considerable número de votos, la legislatura estaba siendo tan mala y la gente se estaba quemando tanto con ellos, gracias a esa intensa labor de acoso y derribo focalizada en Manuela Armas y Carlos Espino (moralmente reprochable pero estratégicamente muy bien organizada por sus opositores), que personalmente les preveía un futuro más bien negro.
De pronto todo ha cambiado. Los nubarrones se les fueron de golpe y su candidatura gana muchísimos enteros.
Tanto Carlos Espino como Manuela Armas salen del escenario. Año y medio para limpiar sus nombres y para que el personal olvide que alguna vez tuvieron algún poder significativo. Su papel lo ocuparán figuras como Pedro San Ginés, Fabían Martín y Juan Carlos Becerra, a quienes en menos de seis meses la gente echará la culpa de todo lo que va mal en la isla. Una golosina para cualquier oposición, y más si esa oposición se llama PSOE, con toda la maquinaria mediática que son capaces de desplegar.
Para mí si esto demuestra algo es que en Coalición Canaria muy sobrados de lumbreras no andan. Porque mira que hay que ser toletes para volver a repetir el mismo error otra vez. No el mismo, peor. Mucho peor. Porque hace cuatro años el poder «inmerecido» lo obtuvieron gracias a los tránsfugas del PIL, pero esta vez lo obtienen gracias al apoyo del mismo PIL, del PNL y del PP, formando una amalgama que viene a transmitir un mensaje claro al electorado: ¿Ven lo que somos? No nos importa juntarnos todos con tal de tocar poder. Da igual si nacionalistas, si corruptos, de derechas, de izquierdas… todo eso da igual. Lo que cuenta es coger sillón.
No digo que eso sea lo que están haciendo. No es mi opinión la que expreso. En este artículo sólo estoy analizando estrategias, y todavía me cuesta creer que estos cuatro hayan podido suicidarse electoralmente de tal modo. Que disfruten de este año y medio, que intenten hacer todo lo que pretendan hacer, porque dudo que a ninguno de ellos le vaya bien en el 2011.
Personalmente lo que más me molesta no es sólo que el PSOE se vaya a quedar sin oposición, que también, sino que un hombre como Pedro San Ginés puede haber truncado una carrera más que prometedora, cuando estaba en su momento más interesante. Al menos en Lanzarote. Es posible que, como a Inés Rojas, le den una consejería si Coalición Canaria vuelve a gobernar en Canarias en el 2012, pero ya nunca será lo mismo para él.
¿Qué clase de presidente cabildicio va a ser con unos socios como los que tiene? Es que va a dar igual si es buen o mal gestor, buen o mal político, no lo vamos a ver. Demasiados gallos en el gallinero, muy poco tiempo para acometer proyectos interesantes, pero tiempo de sobra para que la oposición le de hasta en el carnet de identidad por lo que hará, por lo que no hará, y por las múltiples contradicciones en las que inevitablemente caerán partidos tan distintos y con intereses tan dispares. Realmente, el simple hecho de participar en algo como esto desmerece bastante el concepto que tenía de él. Y no tanto porque pacte con corruptos, que también, si no por la poca inteligencia que demuestra enterrándose tan alegremente en su propia fosa.
De verdad que todavía estoy dándole vueltas y no consigo explicármelo. ¿Cómo pueden ser tan cazurros? ¿Es que no tienen a nadie entre sus filas que sepa un poco cómo funciona esa cosa a la que se dedican? ¿Que la política tal y como es concebida hoy día consiste en aparentar y en ganar votos a toda costa? ¿De verdad creen que el hecho de estar en el poder les va a beneficiar más que les va a perjudicar?
No sé si Carlos Espino tendrá algo que ver en todo esto. Si es así supongo que habría que felicitarle, desde el punto de vista del estratega, por haber dado la vuelta a la tortilla de esta manera. Sus primeras elecciones como Secretario General del PSOE pintan muy bien. Pero desde el punto de vista del ciudadano, si es verdad que él tiene algo que ver con todo esto, no se le podría si no reprochar y recriminar, por hacer de su competición electoral un juego en el que todos estamos metidos y cuyos daños colaterales sufrimos todos los días.
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