Si tuviera que escoger una fecha en la que el movimiento asociativo combativo que caracterizó la vida civil lanzaroteña durante los años 90 y principios del nuevo milenio vió su fin, esa fecha sería el 25 de mayo del año 2003. Tal día, el partido político denominado precisamente Alternativa Ciudadana 25 de Mayo, recibió su primer voto.
Ya la cosa había quedado bastante tocada a raíz de lo que paradójicamente constituyó su mayor éxito: la manifestación del 27 de septiembre del año 2002, la cual congregó a miles de lanzaroteños hartos del expolio que su isla venía sufriendo de manos de especuladores poco escrupulosos y políticos considerablemente chanchulleros. Diríase que aquel 27 de septiembre del 2002 el movimiento ciudadano recibió el tiro, poco después sufrió el primer paro cardíaco (secuestro judicial del número 11 de Cuadernos del Sureste, con la corrupción como tema central, en febrero del 2003) y a los ocho meses falleció definitivamente en las urnas.
Después, todo fue un erial.
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Hasta el 25 de Mayo del año 2009, seis vueltas al sol después. Aquel lunes la UCO acordonó el Ayuntamiento de Arrecife, registró despachos y detuvo a unos cuantos personajes clave en el desarrollo de la corrupción que campó a sus anchas durante lustros. Eso fue el comienzo de algo. Una chispa de «¿y si?» germinó en algunas conciencias de natural inquieto pero ya casi resignadas a la derrota y la desesperanza a base de palos y ausencia de apoyos entre sus conciudadanos.
Durante un año más fue germinando la semilla. Muy poco a poco, sin que nada fuera de ella invitara a deducir la lucha por vivir que acontecía en su interior. Un par de puntuales riegos judiciales, apuntaladados con el abono de ilusionantes detenciones (que sí, lo fueron), terminaron por obrar el casi milagro. Y dejo el «casi» en el aire, porque todavía es muy aventurado lanzar las campanas al aire. Una semilla que brota es importante… pero no deja de ser sólo eso, un frágil e inmaduro brote. Ya se verá si evoluciona, y cómo evoluciona. Pero de momento, ahí está.
El próximo martes (día cuyo nombre conmemora al dios de la guerra), también 25 de mayo, justo 200 años después de que Argentina naciera como Estado independiente, la beligerancia vuelve al movimiento asociativo lanzaroteño. Se acabó ser los niños buenos subvencionados que temen incomodar, tragan y callan. Se acabo seguirle el juego a los partidos y a quienes se sirven de ellos. Se acabó acojonarse. Se acabó asumir la corrupción como estado natural de las cosas. Se acabó justificar. Se acabó el dejarnos secuestrar por afiliaciones envenenadas. Se acabó mirar la realidad con un ojo tapado. Se acabó vender nuestro coraje por un sueldo o comprar nuestro bienestar con el silencio.
Ellos están ahí, nosotros aquí, veremos. El 25 de mayo, siempre el 25 de mayo, será recordado. Pero no como el día en el que murió algo, sino como el día en el que la esperanza empezó a abrirse camino a golpe de machete en Lanzarote. No será un camino de rosas, pero hay que andarlo de todos modos.
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