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Lanzarotelandia.com
Aunque este caso no se ciña exclusivamente a Lanzarotelandia, lo cierto es que nos afecta y mucho. No en vano los cien millones que va a tener que desembolsar el Gobierno de Canarias a los Bittini es una pasta que va a salir de nuestros bolsillos. Una pasta que va a dejar de invertirse en infraestructuras, ayudas sociales, etc…
Y ya sabemos que lo de los 100 millones no es por Tindaya, sino por Tebeto, otra montañita que está al lado, pero ambos casos están íntimamente ligados, pues toda la historia empezó, exactamente, cuando alguien (casualmente un alguien que trabajaba en el Gobierno de Canarias), fue hasta el País Vasco para ofrecerle a Chillida una montaña entera a él sólo. Claro, al bueno de Chillida aquello le pareció fantástico, una escultura del tamaño de una montaña nada menos. Pero estaba lejos de imaginar cómo se las gastan nuestros políticos, y al final, como no podía ser de otra manera, falleció sin que su proyecto viera la luz. Por fortuna para Tindaya, pero por desgracia para nuestros bolsillos.
A partir de ahí se sucedieron las expropiaciones a las concesiones mineras y las calificaciones territoriales que protegían el territorio, todo lo cual propició que los Bittini pudieran solicitar la indemnización que presumiblemente acabarán cobrando en un par de semanas. Y eso a pesar de que los propios Bittini formaban parte de la UTE que se iba a encargar de agujerear la montaña para Chillida y vender el mineral resultante.
La historia es demasiado compleja (aunque en el fondo muy simple) como para tratar de contarla en este espacio, así que nos hemos limitado a dibujar el gráfico que tienen arriba, y si alguno quiere saber más, puede empezar por leer este artículo (publicado, curiosamente, en un medio bastante minoritario. Ninguno de los periódicos canarios presuntamente importantes ha hecho un reportaje de este asunto con la profundidad que el tema requiere, ¿será casualidad, o nosotros que somos muy mal pensados?).
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