Muchas veces he escuchado y leído esa acusación últimamente en mi entorno: «Los de Podemos son unos oportunistas».
Entiendo a lo que se refieren. Quieren decir que quienes se han metido en Podemos ahora se están aprovechando de una marca con tirón para conseguir algún tipo de protagonismo o ventaja personal como, por ejemplo, una cómoda poltrona en cualquier institución.
Y sí, seguramente haya algunos de esos. Pero sinceramente creo que son los menos. Yo a quienes veo en Podemos es a personas hartas. Reconozco a manifestantes del 15M, a activistas, a gente que decidió dar un paso adelante para cambiar la realidad más allá de las pancartas y la protesta.
De hecho El «oportunismo» tal vez exista, pero es de otro tipo. Una clase de «oportunismo», entrecomillado, muy diferente al que proclaman los malintencionados.
Mi mujer y yo somos un ejemplo claro de este tipo de «oportunismo». En el 2012, en cuanto entendimos que el paso siguiente lógico, tras las manisfestaciones del 2011, era conformar una mayoría política que bajo las mismas consignas y reclamaciones fuera capaz de tomar las instituciones y hacer realidad los cambios que queríamos y necesitábamos, creamos la web http://o15.es/. Se trataba de desarrollar una red de agrupaciones de electores, conectadas entre sí, que pudieran conquistar los ayuntamientos y devolverlos al interés general.
El proyecto no prosperó, obviamente, porque aquí no prospera nada que no salga en la tele. Pero no nos vinimos abajo, aunque revisamos las expectativas. Si no podíamos crear una red de agrupaciones de electores al menos intentaríamos crear una agrupación de electores en nuestro municipio… ¿qué menos? Y a eso nos pusimos. Contactamos con personas que nos parecieron interesantes y creamos otra web: http://electoreslanzarote.com/. La cosa no pintaba del todo mal… pero surgió Podemos.
Ahí pudimos hacer dos cosas: Cerrarnos en banda a nuestro proyecto, maldiciendo a los arribistas de Podemos por habernos «quitado la idea» de asaltar las instituciones a base de votos, o intentar aprovechar la oportunidad que nos brindaba el nuevo partido para hacer lo mismo que queríamos hacer con la agrupación, pero ahora con más posibilidades de éxito. La decisión no fue fácil, pero eso fue justo lo que hicimos: aprovechar la oportunidad.
Porque de eso va Podemos. De oportunidades. De «oportunismo», si se quiere. Es el momento de que quienes imaginamos otro tipo de cultura de lo público seamos «oportunistas» y nos subamos a ese tren, porque no nos vamos a ver jamás en una igual. Entiendo el orgullo de quienes se sienten apegados a otros proyectos. A mí me pasó sentirme así, y mi proyecto ni siquiera llegó a existir más allá de su página web, así que imagino quienes llevan mucho más tiempo vinculados a otras aventuras… Pero es que, repito, no nos vamos a ver en otra igual. O nos aferramos a nuestro orgullo, señalando muy enfadados con el dedo a quienes se suben a ese tren, o cogemos y nos subimos también nosotros, entendiendo que es la forma más rápida y eficaz de lograr los cambios que nuestra sociedad requiere, al menos a nivel institucional. Yo lo tengo claro, porque si bien entiendo que el fin nunca puede justificar los medios, como axioma general, también considero que este fin, en concreto, es lo suficiente importante como para usar este medio llamado Podemos.