En otro lugar distinto de Lanzarote esto sonaría a broma macabra. Aquí es la dura y cruda realidad. En el reparto de áreas del Cabildo Insular los departamentos de Obras Públicas, Vías y Obras, Parque Móvil y Oficina Técnica han ido a parar al PIL.
Al PIL, el partido cuyo cabecilla está imputado, entre otras cosas, por haber intentado usar el nuevo Plan General de Arrecife para cobrar comisiones. El partido de Ubaldo Becerra, titular de aquella concejalía creada exprofeso, denominada «Concejalía del Plan General», hoy imputado tras haber pasado una temporada en la cárcel por decisión judicial. El partido al que Antonio Hernández, cuando se marchó, acusó de que sus miembros y supuestos subalternos suyos despachaban con Dimas para tomar todo tipo de decisiones. Al PIL, el partido del diez por ciento. El partido que cuenta con más imputados en la Operación Unión, incluido el ya consejero y vicepresidente Fabián Martín. El partido que cuando pactó con el PSOE renunció a la alcaldía de Arrecife y a la presidencia del Cabildo, conformándose con llevar aquellas áreas relacionadas con urbanismo y obras públicas. Al PIL, el partido sobre el que recaen más sospechas en cuanto a concesiones administrativas trucadas y concursos públicos amañados. El partido en el que no se mueve un dedo si Dimas no lo decide. A ese partido, le ha ido Pedro a entregar la consejería de Obras Públicas.
¿Recochineo por parte de Pedro? ¿Chulería? ¿Es una especie de «no querían PIL, pues ahora tomen dos tazas»? No lo sabemos, pero la verdad es que la cosa pinta de la peor manera. No sólo insuflan vida a un partido que ya debería estar fuera de cualquier poltrona política, sino que le dan una de las consejerías más jugosas y tentadoras para cualquiera que pretenda obtener beneficio ilícito de su cargo. Si la financiación fraudulenta de partidos es un secreto a voces en Lanzarote, PIL y Obras Públicas son dos binomios que en este capítulo merecen mención aparte. Aun así, toma, todo para tí.
Si Suso cuando llegó a alcalde de Tinajo, también tras una moción de censura al también socialista Marcos Hernández, lo primero que hizo fue quitarse el sueldo (con los beneficios que le dejaba su empresa dicho sueldo era una minucia), en esta ocasión parece que Pedro está siguiendo la misma consigna. Nos bajamos los sueldos, quitamos asesores…, ambas medidas muy correctas, pero que suponen una minucia si lo comparamos con el verdadero desagüe de las arcas públicas: Los grandes contratos adjudicados a dedo o mediante concursos, las más de las veces amañados. Ahí es donde se va el grueso del dinero común. Que se bajen los sueldos está bien, pero si eso significa que van a robar por otro lado lo que dejen de ganar oficialmente, pues apaga y vámonos. Desde luego, se ha dejado Obras al partido menos indicado para que pensemos lo contrario.
Sólo esperamos que el Partido Socialista se aplique en la oposición como no supo aplicarse gobernando y que esté al tanto de cada movimiento que esta gente haga. Si todo lo que sube, baja, no es menos cierto que todo zorro tiende a comer gallinas. Y aquí hay más de una gallina que se ha dejado al cuidado de más de un zorro.
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