Cuando uno abandona una vivienda existe una norma escrita por la fuerza de la lógica que indica que no es muy útil acudir a Ikea el día antes de la mudanza, y menos aun dejar los trastos encargados para que nos los lleven cuando ya se ha desalojado el que fuese nuestro hogar. Por eso si han leído la prensa local en los últimos días les habrá sorprendido que Manuela Armas y su equipo de gobierno en el Cabildo hayan presentado a la opinión pública una de sus más importantes iniciativas legislativas, referente a la salida que se le podría dar, o no, a los múltiples hoteles con licencias anuladas por la justicia en Lanzarote.
Algunos creerán que el grupo de gobierno del PSOE en el Cabildo, poco eficiente por no decir nulo en cuanto a su gestión de la isla en los últimos años, quiere ahora, deprisa y corriendo, quedar bien ante la ciudadanía para aparentar que algo han hecho.
Podría ser. Podría ser que el PSOE y quienes les asesoran nos consideraran aun más simplones de lo que ya lo hacen y piensen que puede colar eso de mostrar a dos días de la moción de censura un proyecto, que ni siquiera es una realidad mínimamente tangible, sino que debe comenzar a dar todos sus pasos de ahora en adelante, incluyendo aprobación en el pleno cabildicio y luego en el Parlamento de Canarias.
Pero no, como cuando uno se muda, sería de toletes dedicarse a comprar los muebles el día antes de irse, y más aun encargarlos para que se los lleven sólo con el interés de que la vecindad se dé cuenta del buen gusto para la decoración que tenemos y lo bonita que hubiese quedado la casa si no nos hubiesen desalojado de ella.
Otra cosa es que los muebles se los queramos dejar, por alguna razón, a los nuevos inquilinos. Puede ser que los queramos mucho (a los nuevos huéspedes), y no pretendamos que hagan el esfuerzo de redecorar el domicilio. Pero como nos consta que no es el caso, como sabemos que el PSOE no andaba deseoso de ser desalojado de unos sillones que ya tiene incluso amoldados a sus posaderas, nos imaginamos que la intención debe ser inversa. Que los muebles tienen truco. Que la rosa, y nunca mejor dicho, lleva espinas. Que el regalito es en realidad una bomba de relojería.
El PSOE deja el trabajo medio hecho a la nueva corporación en uno de los asuntos más polémicos y cruciales para Lanzarote en los últimos tiempos, sí, pero es más que dudoso el interés de los nuevos inquilinos de las poltronas por resolver esa papeleta sin afectar a quienes la montaron.
Porque según el proyecto Armas, los hoteles tendrán que ser remodelados para cumplir con la normativa urbanística, tendrán que compensar cediendo suelo para uso público si tienen más plazas de las previstas o si los tiempos en los que fueron construidos no hubiesen sido los adecuados.
Pero aun hay más, las dos joyas de la Corona Rosa, el hotel Princesa Yaiza y el Son Bou, junto al Papagayo Arena, todos ellos en Playa Blanca, no habría por dónde cogerlos según esta norma que el jueves Manuela dejó preparada. Porque en esos casos los promotores hicieron, al estilo lejano oeste, lo que les dio la realísima gana: construir más pisos de los proyectados, urbanizar sobre zonas verdes o hacerlo sobre lo que deberían ser accesos a la playa. ¡Ah! Y además dicen que les falta un papel. Les falta un papel y unas cuantas plantas y puede que hasta, se supone, aflojaran perras al alcalde nimiedades
A lo que íbamos: el trabajo de hernia realizado por la corporación de Manuela para desenquistar el problema de los hoteles puede ser una manzana envenenada para el nuevo equipo que presidirá Sanginés.
Al PSOE, suerte que tienen, siempre les ha funcionado bien eso de trabajar poco y luego salir enarbolando la bandera de la sostenibilidad. Y les ha funcionado bien no por mérito propio, sino gracias a quienes tienen en frente, que son quienes son y ni lo disimulan (Jose Torres, expresidente nacional de Coalición Canaria dixit).
Una vez dije, medio en broma medio en serio, que este pacto que se pondrá en marcha esl sábado, dado todo lo que tiene en contra, incluyendo sospechas judiciales, popurrí ideológico, puñaladas traperas mutuas, caótico contexto económico y proximidad a las siguientes elecciones, sólo podía haber sido proyectado, o por ciertos empresarios con intereses muy concretos, o por el propio PSOE para ganar de calle las próximas elecciones.
Está por ver. Está por ver si los primeros, esos empresarios de western, efectivamente, no mandan tanto como uno pueda creer. Y eso se demostrará si la nueva corporación acoge de buen gusto los muebles que generosamente el jueves les regaló Manuela, y buscan una salida digna a lo de los hoteles. Digna para esta sociedad, y duela a quien le duela.
De lo contrario, si se emperran en convertirse en valedores de los cow boys del territorio, de los que, por cierto, les regalan portadas y horas de televisión, las garbanzas del primer acto electoral socialista de cara a 2011 ya se pusieron el jueves en remojo, en esa agua en la que el PSOE tan bien navega: la de la propaganda de la sostenibilidad.
¿Les suena todo esto de algo? Efectivamente, esta isla, legislatura tras legislatura, no deja de dar vueltas mientras se precipita hacia el sumidero.
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