.
Lanzarotelandia.com
Archipiélago TV es ya una televisión cadáver. En realidad lo es desde que el apagón analógico tuvo lugar el pasado 30 de Junio, aunque ha seguido emitiendo durante todo este tiempo, como esos espíritus que se niegan a abandonar una realidad a la que ya no pertenecen. Archipiélago TV murió por las mismas causas que Localia unos meses antes, y es que el reparto de licencias digitales realizado por el Gobierno de Canarias dejó fuera a estas dos televisiones, en lo que probablemente es uno de los episodios más evidentemente sucios protagonizado por nuestro queridísima ejecutiva regional.
Cinco fueron las licencias digitales que se entregaron, siendo los afortunados quienes a continuación enumeramos:
- Lanzarote Televisión.
- Canal L.
- Editorial Prensa Canaria.
- Lancelot TV.
- Canal 9 Las Arenas.
Quedando fuera, qué casualidad, los dos medios probablemente más críticos con el Gobierno de Canarias (especialmente con CC) y seguramente más prosocialistas también.
Precisamente las elecciones locales del 2007 tuvieron lugar muy poco antes de que este reparto se hiciera (en octubre del mismo año), así que no decimos ninguna tontería si afirmamos que en Lanzarote, como en el resto de las islas, el criterio seguido para repartir las licencias salvadoras fue el de premiar a los afines y quitarse de en medio a los molestos. Lo cual, al menos en Lanzarote, consiguieron con creces.
Cabe resaltar que de las cinco licencias entregadas sólo tres se han hecho efectivas. Editorial Prensa Canaria no tenía ni ha tenido nunca medio alguno en Lanzarote, y Canal 9 se fusionó con Lanzarote Televisión, dejando la otra licencia para emitir propaganda turística que se repite monótona y cansinamente. Es decir, que se deja fuera del reparto a dos medios que llevaban años trabajando, dando empleo a muchas personas y realizando una labor que por lo menos se podía considerar variada y con mucho contenido, y en cambio se regala una licencia a un grupo que al final no ha usado su licencia para nada y a otro que la está usando para mostrarnos la temperatura todo el santo día y poco más. Vamos, que si aquí no ha habido un tongo como una Catedral, ya me dirán lo que ha pasado.
Los de Editorial Prensa Canaria estuvieron un tiempo haciendo el paripé. Que si iban a adquirir las instalaciones de Localia, que si las de Archipiélago… pero al final, nada de nada. Los señores tienen una licencia, supuestamente concedida tras haber presentado un proyecto, pero no saben qué hacer con ella. Con lo cual da toda la impresión de que lo de menos era el proyecto, que de lo que se trataba era de quitar de en medio a las teles rebeldes. Reconozco que ésta hipótesis puede parecer un poco rara, ya que Editorial Prensa Canaria es el grupo que posee La Provincia, en teoría nada vinculado al Gobierno de Canarias. Pero cuando de política y medios de comunicación hablamos nunca hay amigos ni enemigos absolutos, sino alianzas interesadas y estrategias puntuales. Una de esas alianzas pudo darse en este caso. El Gobierno le pidió a los de Prensa Canaria que se presentaran en Lanzarote, que daba igual si no tenían proyecto ninguno, que una de las licencias sería para ellos seguro, y estos aceptaron el trato encantados. A lo mejor ahora no les interesaba montar una tele en Lanzarote, pero dentro de unos años… quién sabe.
Por último, no quisiera cerrar esta parrafada sin mencionar a los medios que se han callado como (piii) ante la debacle de sus supuestos compañeros. Estos días queda manifiesta la enorme fragilidad e inseguridad de quienes trabajan en los medios de comunicación de Lanzarote. Contratos y situaciones sumamente precarias ante las que pedir valentía y coraje es poco menos que pedir una heroicidad. Archipiélago TV ha muerto, como murió Localia, y tanto en un caso como en el otro la mención en los medios de la competencia respecto a lo que sin duda es un hecho más que noticiable ha sido prácticamente nula. Paulino tiene muchos ojos en Lanzarote, así que más vale no pasarse de listo. Es verdad que el reparto de licencias ya fue, pero hay otras formas de ganarse fidelidades. Ahí están, sin ir más lejos, las campañitas, como esa última del «quédate y disfruta», que reparte unos buenos dineros.
Lo más triste de todo esto es saber que vives en una tierra donde no hay libertad de prensa, donde los medios son constantemente filtrados y sometidos a vigilancia, sin que nadie, y menos que nadie los trabajadores de esos medios, ose protestar o quejarse. La tendencia natural de toda fuerza política es someter y poseer cuantos más medios de comunicación mejor. De nosotros depende denunciar y frenar esa tendencia, aunque sea a través de medios tan minoritarios como es este. Afortunadamente, con la web jamás podrán hacer repartos de licencias.
¿Qué te parece el artículo?
[starratingmulti id=6 tpl=43]