Las respuestas de Carlos Espino

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El Viernes Carlos Espino dió algunas de las respuestas que muchos le veníamos demandando. Las dió, como no podía ser de otro modo, dejándonos ante la tesitura de tener que creer en su palabra o en la de Astrid… pero al menos las dió.

Sus explicaciones giraron sobretodo en torno al asunto de la cocina, que era precisamente el tema sobre el que nosotros le preguntábamos la semana pasada. Ciertamente, ese es en mi opinión el único punto en el que la querella, una vez leída, tiene para mi gusto algún recorrido; un recorrido que, en cualquier caso, dudo mucho que vaya más allá de mediados del 2011, fecha en la que las elecciones ya habrán pasado y los pactos ya se habrán dado. Lo cual no quiere decir que en los Centros no haya habido de todo. Quiere decir, sencillamente, que esta querella (ni ninguna que proceda de alguno de los partidos políticos que ha pasado por los Centros) no dilucidará si ha habido o no ha habido de todo. Y tanto Carlos Espino como Astrid Pérez seguramente lo saben.

Lo siento por aquel al que le molesten tan aventuradas hipótesis por mi parte… los pobrecitos «escribidores», como los ciudadanos en general, no nos veríamos abocados con tanta frecuencia a elocubrar posibilidades si existiera en Lanzarote un mínimo grado de transparencia institucional. Como no es el caso, a imaginar, suponer y tirar de intuición tocan. O a creer como fanáticos a unos u otros en función de credos ideológicos o militancias. Con lo sencillo que sería todo si existiera una hemeroteca institucional de público acceso que recabara todos los contratos y facturas. Ni juicios, ni juegos políticos, ni vainas. Astrid miente aquí y acá; Carlos no dice la verdad ni en esto ni en aquello. Tan fácil… pero eso es soñar despiertos. Ninguno lo hace porque a ninguno le interesa hacerlo (¿qué otra explicación puede haber?).

Denunciar dos veces lo mismo

Por cierto, la querella de Astrid es una querella que duplica la denuncia presentada en su día por Pedro San Ginés, en un esfuerzo poco disimulado, dicen, por que cayera precisamente en el juzgado en el que acabó: El nº 1 (la anterior de San Ginés, presentada ante la UCO, está en el nº5, hoy dirigido por Pamparacuatro). Cada cual interpretará como quiera este hecho, nosotros lo exponemos. ¿Para qué denunciar lo mismo dos veces? ¿Para dar más titulares a los periódicos? ¿Para dar con un juez más predispuesto? Quién sabe.

Las respuestas de Carlos Espino

Abandonemos el terreno de las hipótesis para dejar escritas aquí, como creemos que es nuestra obligación, las respuestas que dió el Secretario General del PSOE a las preguntas concretas que desde Lanzarotelandia (como desde otros tantos medios) le hacíamos.

[slider title=»desplegar preguntas que hacíamos a Carlos Espino»] ¿Es verdad que se adjudicó la remodelación de la cocina de los Jameos a Antonio González, nieto de Gabino Medina (desalojo del Berrugo) miembro destacado del PSOE, vocal de la junta directiva de FELAPYME, expresidente de FEMELAN (Federación del Metal de Lanzarote) y presidente de FEMEPA (Federación de Empresarios del Metal), organización montada cuando la otra se declaró en quiebra por el asunto de las subvenciones no justificadas (por la junta directiva anterior a la que presidió Antonio, todo sea dicho)?

¿Es verdad que dicha adjudicación fue a dedo, que el contrato no se publicitó en el BOE, que no se tuvo en cuenta la oferta más barata y que ni siquiera hubo un concurso abierto?

¿Es verdad que la broma de la cocina acabó costando el doble de lo inicialmente presupuestado (ya sabemos que es lo normal, que todos lo hacen, etc… pero esa no es la cuestión)?

¿Es verdad que se pagaron sistemáticamente precios más altos que los normales del mercado y que al final se abonó a Antonio González una cantidad de 763.231 euros entre los años 2007 y 2009 en concepto de deudas anteriores y de trabajos realizados durante ese período? [/slider]

Las respuestas:
En su intervención no mencionó para nada a Antonio González, pero con sus explicaciones vino a confirmar que sí, que se trata de este empresario, al no desmentirlo en ningún momento.

También subrrayó que la decisión de reformar dicha cocina no fue suya, sino de quienes le precedieron (Pedro San Ginés). Reconoce que no ejecutaron ese proyecto anterior (que salía bastante más barato), pero no por otra cosa sino porque tal proyecto no se correspondía con las necesidades reales de la cocina. Y resaltó por último que él como Consejero no tenía la potestad de tomar las decisiones, sino que «hay una serie de técnicos que informan, hay una serie de presupuestos que se piden y a partir de ahí se toma la decisión sin interferencia política». O sea, dicho en plata, según Carlos Espino si alguien la pifió no fue él, si alguien tomó la decisión de contratar a Antonio González y de pagarle mucho más de lo que sus servicios valían, eso fue responsabilidad de los técnicos.

Ahora bien, cabría preguntar qué técnicos eran esos. ¿Pertenecen al PSOE? ¿Qué otras ofertas se presentaron? ¿En qué basaron su decisión final? La querella da una serie de cifras (y muy poca gente habrá que no tenga esa querella a estas alturas), ¿no puede Carlos Espino desmentir públicamente esas cifras? Una vez más, datos que serían muy fácilmente contrastables si existiera transparencia. Transparencia, transparencia, transparencia.

¿Dónde está la documentación?

Pero claro, aquí no es Carlos Espino el único que tiene que desmentir. Cuando Astrid toma la decisión de acusar públicamente a una persona de hechos tan graves, difundiendo incluso la querella, es ella la que debe aportar pruebas de que esas acusaciones se fundamentan en facturas, contratos… documentación en general. Y esa documentación no aparece por ningún lado. Ni una sóla filtración al respecto. ¿Por qué?

Nosotros mismos, hace un par de días, solicitamos a Astrid Pérez, vía facebook, tener acceso a alguno de esos documentos, simplemente para saber si existen, sólo eso. Aunque fuera una facturita de nada. No hubo respuesta alguna por su parte. Pudo no haber leído mensaje, pero la verdad es que lo dudamos mucho. Si existieran tales documentos, o tuviera intención de publicarlos, ya habrían sido portada de Lancelot hace mucho.

Entonces nos preguntamos si un juez puede admitir a trámite una querella tan grave como esta sin venir respaldada por documentación contrastada, y la verdad es que los juristas a los que consultamos no nos lo dejaron muy claro. Aunque parece que para que un juez rechace admitir a trámite una denuncia hace falta que los hechos denunciados sean a todas luces ridículos o falsos. Sería por tanto potestad del juez de turno decidir cuándo una querella sigue su curso o no, sin que necesariamente hayan de mediar pruebas documentales o de otro tipo (las cuales en cualquier caso serían recabadas posteriormente). No obstante otra vez nos adentramos en el terrreno de las hipótesis. Hipótesis que nos llevan a la posibilidad más obvia de todas. Y es que todo esto no es más que un paripé para dañar la imagen pública de un rival político, sin que haya intención de llegar al fondo del asunto por parte de los querellantes.

Juego político, ni más ni menos. Un juego al que unos y otros pueden jugar porque no existe la transparencia institucional que acabaría de una vez para siempre con las hipótesis.

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