Los políticos saben que cualquier cosa que hagan un par de meses antes de las elecciones va a ser interpretada en clave electoralista. Sin embargo siguen haciendo el ridículo legislatura tras legislatura. Rompen pactos, aceleran el curso de las obras para poder salir en las fotos de las inauguraciones, aprovechan cualquier evento para sacar folletitos con su foto y cuñas de radio haciéndose autobombo…
¿De verdad piensan que eso funciona? ¿de verdad nos toman por tan idiotas? Cuesta creerlo, pero es así. Forma parte de su abc. Es su cultura, su forma de entender la política, lo que han mamado desde chicos. Les da igual que arrastremos en nuestra muy reciente historia hechos tan bochornosos como los simulacros de inauguraciones del teatro insular o el pabellón de argana o el islote de la fermina… lo van a volver a hacer.
Volverán a inaugurar museos sin acabar y sin licencia de apertura. Volverán a meter prisa a los obreros para las fotos de rigor, aunque haya que colocar falsos decorados para tapar los cables por fuera. Volverán a vendernos como acabadas chapuzas a medio hacer que tendrán que ser rehechas de arriba abajo otra vez.
Volverán a asfaltar las carreteras, a arreglar los parques. Volverán a romper con sus socios de gobierno asegurándonos que la culpa de todo lo que ha ido mal la tienen los otros. Volverán a endeudarse y a aprobar presupuestos imposibles para poder echar el resto este par de meses. Volverán a dejar impecables las calles, a limpiar los llanos, a recoger la basura, a pintar las paredes…
Y nosotros mientras tanto disfrutaremos del espectáculo tan ricamente, entre asombrados y esperanzados de que esta sea la última vez que lo puedan volver a hacer.
