Zapatero dejó para la posteridad la imagen de un tipo bobo, lelo. No estoy diciendo que lo sea, que seguro que no, digo que es ese el retrato que será recordado de su persona. Pobre legado para alguien que gobernó un país durante casi ocho años. Y la razón de ese sambenito, que ya no tendrá oportunidad de redimir, se podría resumir con tres palabras: negar la realidad. Supongo que no hace falta citar ejemplos.
Pero no nos engañemos, Zapatero no era nadie, apenas un maniquí en un escaparate. Detrás de Zp había toda una cohorte de escaparatistas. O sea, asesores de imagen, ministros, asesores de ministros y un libro de estilo. El libro de estilo del partido. Lo que hizo Zapatero no fue, ni más ni menos, que seguir el guión. Exactamente lo mismo que hace Rajoy ahora. La crisis no es tal, lo peor ha pasado, se está creando empleo, brotes verdes, estamos mejorando, se ha hecho lo que había que hacer, volvemos a ser una economía boyante… Afirmaciones que se dan de bruces contra la realidad cotidiana de millones de personas, que observan a su alrededor cómo cierran comercios, cómo cada vez hay menos oportunidades de empleo, cómo cada vez hay más gente haciendo cola en Cáritas y rebuscando entre los contenedores. Afirmaciones que les hacen quedar como absolutos imbéciles y encienden la indignación popular, más si cabe cuando al mismo tiempo se van conociendo todo tipo de trapicheos, corruptelas y abusos.
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Tratar a la gente de estúpida es algo que a los partidos les ha servido muy bien hasta ahora. Forma parte de su manual. Un manual escrito cuando no existían redes sociales y se podía emitir una versión de los hechos única y coherente, emitida al mismo tiempo a través de unos pocos canales de información: Tres o cuatro televisiones y un puñado de periódicos y radios.
Ahora las cosas funcionan de forma diferente. Ciertamente, la evolución va más lenta de lo que uno desearía y hubiera esperado hace años, pero va. Las mentiras oficiales ya no cuelan tan fácilmente. Los memes se propagan con enlaces que contradicen lo que el político de turno está diciendo, prácticamente a tiempo real. Y eso va calando. Partidos como el PSOE o el PP son dinosaurios viviendo conforme a reglas que ya no sirven, y tampoco van a ser capaces de reformarse para adaptarse a la nueva realidad, porque una adaptación de tal calibre supondría acabar con los privilegios de una casta que se sirve y vive de que las cosas continúen como hasta ahora.
El futuro pasa por iniciativas como Ahora, tú decides, ciudadanos tomando conciencia de que han sido estafados durante décadas. Ciudadanos asumiendo un rol protagonista para forzar una revolución en la forma de entender y hacer política. Por supuesto, los ataques de la casta contra este tipo de iniciativas van a ser feroces. Pero sus argumentos, siempre los mismos, van perdiendo efectividad. Ningún partido está dispuesto a democratizarse hasta el punto que los privilegios de los pocos que se sirven de su estatus se vean en entredicho, y por eso recurrirán a lo de siempre, el etiquetado fácil, el eslogan que cale: Son ETA, son fachas, son radicales, son perroflautas, son de derechas… siempre lo mismo, la ideología como excusa para perpetuarse.
Ni siquiera Izquierda Unida, partido que teóricamente debería estar más próximo o permeable a este tipo de iniciativas, va a hacer nada por facilitar la transición inevitable. Los jerifaltes de IU saben que es su momento. Se augura debacle de PSOE y PP, así que esta es la suya. ¿Precisamente ahora van a democratizarse después de tantos años afianzando posiciones en la jerarquía del partido? Ni hablar. No solo no van a hacer nada por democratizarse, sino que además las luchas intestinas para colocarse de cara a las próximas elecciones van a ser encarnizadas. Porque IU también es un dinosaurio, como PP y PSOE. No son iguales, no digo eso, pero su forma de entender la política es similar: Políticos aquí, ciudadanos allí, y en medio un gran muro en forma de Parlamento. No parecen enterarse de que la cosa ahora va de otro palo. Cada ciudadano informado es un político de facto, con sus propias reivindicaciones políticas y sus propios canales de comunicación para propagar su mensaje político. Ese es el futuro, eso es hacia lo que vamos: Una comunidad de individuos informados y críticos capaces de emitir su opinión y hacer valer su voto para intervenir en la toma de decisiones colectiva. Cuando antes se enteren, antes lo superarán.