Rodaje de Doctor Who en Lanzarote, narrado por Arón Cruz Alemán

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El equipo de la popular serie británica Doctor Who grabó recientemente uno de sus capítulos en Lanzarote, concretamente en el espectacular entorno del Volcán del Cuervo. Arón Cruz Alemán, fan incondicional de la serie, se acercó al lugar de rodaje, para intentar lograr algún autógrafo, fotografía o intercambio de palabras con algún actor o miembro del equipo. Transcribimos a continuación el relato escrito por él mismo casi en tiempo real.

Rodaje de Doctor Who en Lanzarote.

Por Arón Cruz Alemán.

14 de Mayo. Volcán del Cuervo, 08:20.

Intento acceder a las inmediaciones del volcán, donde están rodando, pero un guardia de seguridad me impide el paso.

Ah, ¿no se puede acceder al volcán?
—No ¿Por qué?, ¿para qué era?
—Errr… Quería ir hasta el volcán…
—Pues no se puede, lo siento.
—Es que se está haciendo un rodaje, ¿no?

Señalé a esa carpa blanca al final del camino, con camiones, baños públicos, coches… El tipo se sorprende.
—Sí, así es. ¿Y tú querías ir para…?
—Bueno, para ver si puedo ver a los protagonistas, ya sabes…
Puse
 sonrisa de niño bueno.
—Ah, pues no. Lo siento. Es que, ¿sabes?, están haciéndolo en secreto. Quieren mantenerlo en secreto. Incluso en la prensa no se ha dicho nada… 
—¿Entonces no se puede hacer nada?, ¿no puedo hablar con alguien para…?
—No, lo siento. Ya lo verás en la tele. Seguro que ni te darás cuenta de que está rodado aquí.
—Créeme que sí me daré cuenta. Bueno, gracias. ¡Adiós!
Arranqué el coche y me fui de allí, en dirección a Puerto del Carmen, frustrado.

14 de Mayo. Regreso al rodaje, de 13:40 a 16:00.

Hola.
El guardia de seguridad seguía allí, pero esta vez con crema solar en la cara.
—Hola.
—¿Y esto?
—Una carta. Como sé que no puedo entrar, para ver si se la pueden dar al…
—»To Mister Capaldi…» —leyó él, con la carta en la mano.
—Sí, para el protagonista.
 
—¿Y no tiene una bomba dentro?
Me eché a reír.
—Puedes abrirla y comprobarlo tú mismo si quieres. No hay bomba.

Le escribí una carta a Peter Capaldi explicándole que era fan, que me acerqué a saludarle a él y a Jenna pero que desafortunadamente no me dejaban pasar. Le felicité por haber conseguido su sueño de infancia y le hablé de lo intrigado que estaba con todo lo que podría darnos a los fans con su retrato del Doctor. Esto fue lo que escribí:

 

Good morning, Mr. Capaldi

I got up quite early this morning to go to the place where you are filming this new episode of “Doctor Who”. I hoped to see you and Mrs. Coleman just to shake your hands, but it seems that it´s forbidden to access. What a pity.
My name is Arón Cruz and I´m from Lanzarote. Last time the TARDIS landed in my home, I was 1 year old and The Doctor´s face was Peter Davidson´s. So you might understand that it´s quite exciting for me to have you guys here, using our beautiful and strange landscape for an episode of my favourite TV show. It´s an honour and I will be so happy when I see the actual episode and I´ll see you both running from (or to) a dangerous alien next to these volcanoes.
And from one whovian to another, I envy you so much for having this amazing dream of becoming one of the best characters in fiction and actually get it. I am so excited to see how you use your huge talent to bring us something new for our beloved timelord.
Say hi to the sweet impossible girl, that wonderful actress, and to that brilliant man that is Steven Moffat. 

And, remember, even in Lanzarote, you should reverse the polarity!

¡Un abrazo!

Abajo añadí mi e-mail. Sí, era posible que lo leyese y se limpiase el culo con ello. O que ni la abriese y se limpiase el culo, directamente. O llegase a alguien del equipo que se limpiase el culo de igual forma. Pero, amigos míos, hay que dejar la puerta abierta al feedback. 
En el comienzo del camino de tierra había unos tres mini-bus para los actores y parte del equipo y justo en ese momento se acercaba el chofer del mini-bus de los actores, un hombre de media edad.

Mira, ¿tú vas ahora al set? —le dijo el guardia— Mira a ver si puedes darle esta carta al actor. Le dice que ha pasado por un minucioso escaneo de detector de bombas y tal… Dile que es de un fan.

Se la dio y vi al chofer irse con la carta hacia el set. Cinco minutos después ya lo perdí de vista.
Yo no pude entrar, pero mis palabras sí que tuvieron una posibilidad.

Por lo menos dos horas estuve hablando con el guardia de seguridad. Un tipo super interesante, con mucha conversación. Como siempre pasa, prejuzgas a la gente y te llevas sorpresas: daba por hecho que no tendría ni puta idea de qué serie era aquella y, si bien es cierto que admitía no haber visto la «nueva», sí que conocía al Doctor de Tom Baker porque de niño había visto episodios.

Habló de series ochenteras fantásticas checas, británicas, de «Chocky» (él decía de qué iban o qué recordaba y yo le decía los títulos)… Acabamos hablando (y a veces debatiendo) de Ucrania, de la NASA (él es un gran fan del espacio y me habló de la gravedad, de Marte, de las misiones, del salto de Redbull, de astronautas…), hablamos de anime (especial dedicación a «Los caballeros del Zodiaco»), de cine ochentero, me explicó que tenía una impresora 3D (y me detalló cómo funcionan, cuánto cuestan, los experimentos que ha hecho…).

En medio de todo esto, gente que pasaba en coche o caminando por allí y preguntaban qué era aquel tinglado montado. Se repetía la misma conversación:
—Están rodando.
—¿El qué?, ¿una película?
—Una serie. 
Si eran extranjeros, la cosa terminaba aquí.
Si eran españoles, seguía así:
—¿Una serie?, ¿española?
—No, inglesa.
—Ah…
Y se iban. No hubo nadie que preguntase qué serie inglesa era.

Lo más cercano al reparto que conocí fue Lucía. 
Resulta que la estrella invitada del episodio era Hermione Norris, una actriz muy conocida en Inglaterra. De hecho, la noticia que leí sobre el rodaje en Lanzarote venía encabezada con este fichaje. Ha salido en series británicas pero no he visto ninguna. Lucía mencionó una llamada «Outcasts», la cual desconocía.

Lucía era su doble. Una chica canaria muy guapa, con ropa deportiva, que se veía que estaba en forma, con su pelo rubio recogido en una cola. Muy simpática y agradable.

—¿Y eres su doble? Pensaba que esta gente se traía a todo el mundo de Inglaterra, me refiero al tema de actores…
—No, no a todos. De hecho ahí dentro hay como 100 personas y solo 57 son ingleses. El resto es gente canaria.
—Ah, vaya… ¿Y qué tal todo?
—Pues la verdad es que es un poco aburrido. Hermione es una chica estupenda y quiere hacer la mayor cantidad de escenas ella sola, así que estoy sin hacer nada. Lo único es que hace un rato se hizo un poco daño al quitarse el casco…

 

Hablamos un ratito, siempre sin que ella revelase nada de la trama o los secretos del episodio, sino más bien cosas del equipo técnico, del ambiente del rodaje…

 

¡Pues yo he visto al alien! —exclamó Lucía—. Y está muy bien hecho, eh. 
—Sí, se han gastado una pasta para un episodio —comentó el guardia—. Porque traerse a toda esta gente, monta
r el decorado dentro del volcán, el alojamiento, la comida, tal… Es una pasta.
—Sí, sí —continuó Lucia—. Y yo comí hace un rato con las protagonistas. Y estuve hablando también con Hermione. Muy simpática ella. Bueno, pude hablar lo poco que me dejó el inglés que sé y eso…
Yo, por fuera, sonriendo; por dentro, mordiéndome el puño hasta hacerme sangre.

En una de estas hizo un comentario que me aceleró el pulso:
—Pues si fuera por mí te dejaba pasar. ¿Te gustaría?
Y mi corazón dio un vuelco.
El guardia la miró con sonrisa ladeada. Como se había mencionado un par de veces, él había firmado un contrato de confidencialidad. No podía dejar que nadie sacase fotos ni pasase.
—¡No, mujer! Si él dice que no puedo pasar, yo no…
Ella miraba al guardia, pero me respondía a mí.
—Sí, es verdad. Era broma, no puedo dejarte pasar. Una lástima, porque allí dentro la gente ni se enteraría. Hay mucha gente de un lado para otro.

Chacho ¿Y por qué no se hacen una foto? Venga, dame el móvil que yo te la hago —nos dijo el guardia a Lucía y a mí.
—Pues sí, que a lo mejor puedes ser ya mi primer fan. ¡Quién sabe! A lo mejor me hago famosa y esta foto con el tiempo
 vale una pasta.
—¡Claro, claro!

Le pasé el móvil a nuestro amigo y nos sacó una foto, posando con el camino de tierra y uno de los mini-bus detrás.
—Pues es una pena que no te puedo colar…
—Nada, no te preocupes. 
—Ha sido un placer conocerte. Ya me voy para adentro de nuevo.
—OK, que vaya todo bien. Cuando salga el episodio y vea a la actriz está saltando en el aire, señalaré y diré: «Esa es…»
—¡Esa es Lucía! —terminó mi frase ella, muy contenta.

 

Regreso el 15 de Mayo, por la mañana. De 07:35 a 08:40

Al día siguiente por la mañana me compré un bocadillo y, de paso, compré churros con chocolate para mi colega el guardia. Me pasé por allí antes del trabajo, aprovechando que sería el único momento que tendría libre en este día de muchas llegadas.

El guardia me comentó que ya había llegado Lucía.
En lo que charlaba con él, llegó una guagua de la que salió parte del equipo técnico; británicos portando maletas, mochilas y algunas cámaras bastante extrañas. 

En una de estas entró un coche con varias personas y, por lo que pude ver, dentro había una chica bajita y un tipo más alto, delgado, con sombrero. Puede que fuesen Jenna Coleman y Peter Capaldi. O puede que no. Nunca lo sabré.

Otro del equipo técnico vino en taxi. Era un hombre con barba canosa y una camisa con el dibujo de la TARDIS y «50 Anniversary» debajo. Le dije que me gustaba su camisa y él me comentó que había trabajado en el especial del año pasado.
—¿Ah, sí? Entonces trabajaste con Matt Smith, David Tennant…
—John Hurt —añadió él.
Se despidió y siguió el sendero de tierra.

Mi colega y yo charlamos un rato más y al poco me fui. Me subí en el coche, en esa burbuja de olor a bocadillo aún sin catar que se había originado ahí dentro, y me fui.

 

 

Y eso fue lo más cerca que estuve de la TARDIS, del Doctor y de Clara Oswald. En agosto se estrena esta nueva temporada, la octava, con nuevo Doctor al mando, el señor Peter Capaldi. De nuevo, la excitación por tener una nueva dosis de esta magnífica serie. Pero esta vez habrá un episodio en el lote de trece en el que reconoceré a mi tierra. La llamarán Marte, Luna, o el planeta X-D432. No lo sé. Pero esa tierra volcánica que pisarán será Lanzarote y yo sonreiré con cara de tonto. Y la actriz secundaria saltará en el aire y, por un par de segundos, señalaré la pantalla y diré: “¡Esa es Lucía!”.

 

 

Arón Cruz Alemán

15 de mayo del 2014

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