Tomás J. López, Arrecife de Lanzarote
Lanzarote cuenta con 8 corporaciones locales: los 7 ayuntamientos y el cabildo de la isla. La mitad de ellas acaban de terminar el mandato 2007-2011 presididas por personas que no encabezaban las listas más votada en las elecciones de hace 4 años. Teniendo en cuenta que entonces como ahora hubo dos mayorías absolutas (Tinajo y Haría) podemos concluir que ganar sin mayoría suficiente unas elecciones locales en la isla no garantizan presidir gobierno.
Por ejemplo, el todavía alcalde de Arrecife, Cándido Reguera, fue cabeza de lista de la tercera formación política en número de votos. Y el actual presidente del cabildo, que revalidará su puesto en las próximas semanas, Pedro San Ginés, era hasta ahora el tercero de la tercera lista con más sufragios en 2007.
Tras las elecciones del domingo el panorama político vuelve a quedar tan abierto como hace cuatro años, si no más, pues por entonces parecía cantado un pacto PIL-PSOE, auspiciado por la fuerza de la aritmética (eran los dos partidos más votados), así como por el clima político insular: el PIL acusaba a Coalición Canaria de haberse servido de sus «tránsfugas» para encabezar algunas de sus principales listas y el PSOE de Juan Fernando López Aguilar mantenía una postura especialmente frentista contra CC.
Tras la debacle socialista, que incluye la desaparición de Carlos Espino del escenario institucional -no ha conseguido la segunda acta de parlamentario a la que aspiraba-, el hundimiento de PIL y PNL, la victoria insular de CC, el ascenso del PP y la mejoría de Alternativa Ciudadana los pactos quedan especialmente abiertos al juego partidista que se producirá en los próximos días, si no está ya en marcha.
Ámbito autonómico
Los pactos en Lanzarote podrán estar influidos -o no- por las alianzas que se establezcan para formar gobierno en Canarias. En el ámbito de la nacionalidad el acuerdo que por ahora parece más posible es el que suma los 21 escaños de Coalición Canaria con los 15 del PSC-PSOE. De este modo ambas formaciones impedirían la presidencia de la fuerza más votada, el PP de José Manuel Soria, como pasara hace 4 años con el PSC de Juan Fernando López Aguilar.
¿Por qué puede volver a quedarse fuera el más votado? A parte de la obvia cuestión aritmética, por la preferencia y los intereses de los partidos que posiblemente pacten. Así, el PSC-PSOE, tras 18 años sin saber lo que es poder autonómico y en sus horas más bajas, precisa, para el reflote, de un pacto que le permita cuota de gobierno en Canarias. Esta previsión parecía incluso previa a la cita electoral, y la decisión de presentar a un candidato «posibilista», más abierto a las alianzas, como José Miguel Pérez, podría confirmar esa hipótesis. Desde Coalición el pacto con el PSOE permitiría mantener la presidencia en manos de Paulino Rivero, hecho que sería prácticamente imposible si el pacto fuese con el PP, a tenor de las declaraciones de los líderes populares antes de los comicios y en las horas posteriores a conocerse el resultado electoral.
La tercera vía, un pacto PP-PSOE, «a la vasca», sería inédito en la política autonómica y dificilmente digerible por las direcciones estatales de ambos partidos a menos de un año de las elecciones generales. Pero tampoco es del todo descartable.
Las instituciones de la isla
En el Cabildo de Lanzarote las dos formaciones con más fuerza y que más han crecido, PP y CC, habrán observado con similar asombro el derrumbe de las formaciones que estaban llamadas a ser «llave» para posibles pactos: el PNL y el PIL. El primero desaparece de la corporación insular, no vale. El segundo, con 3 consejeros, solo suma con CC, que tiene 9, para alcanzar la mayoría necesaria. El PP quedaría entonces fuera. Amargo «triunfo» ese para Ástrid Pérez, cuyo partido esperaba contar con PNL y PIL para asegurarse gobierno tanto en el Cabildo como en Arrecife, donde tampoco suman.
Si solo dependiese del Cabildo y de los líderes que allí se sientan, seguramente sería CC-PIL el pacto más factible. Los roces entre ambas formaciones apenas han existido o se han silenciado en el último año y medio de gobierno cuatripartito, y la única diferencia latente, entre el consejero Manuel Cabrera (PIL) y el presidente Pedro San Ginés (CC) fue preventivamente evitada para esta legislatura por Fabián Martín al no incluir al hasta ahora encargado del área de deportes en la lista del Cabildo. El entendimiento mutuo entre Matín y San Ginés parece evidente, y a ambos beneficiaría una alianza en el Cabildo: al PIL para no ser prácticamente borrado de las instituciones insulares tras haberse desfondado el domingo y a CC porque su posición de fortaleza con respecto al PIL le permitiría un gobierno cómodo.
Pero pasa que el pacto CC-PIL, que en otras circunstancias hubiese sido abalado bajo la máxima de la tan cacareada «unidad nacionalista» que profesa con especial devoción Jesús Machín, no alcanza para la gobernabilidad de otras importantes instituciones insulares, principalmente Arrecife, y dejaría fuera también a CC en San Bartolomé o Tías. En Yaiza darían los números pero resultaría difícil volver a ver un romance a lo «Pimpinela» entre Gladys Acuña y Leonardo Rodríguez.
Otra opción, seguramente deseada por un PSC-PSOE en caída libre, es la que aúna a socialistas y Coalición en las principales instituciones de la isla. El escollo estaría entonces fundamentalmente en el Cabildo, donde no parece tan fácil ver a Manuela Armas como vicepresidenta de un gobierno dirigido por San Ginés después del crispado fin de mandato que hemos vivido. Más factible parece el pacto CC-PSOE en Arrecife, con Manuel Fajardo Feo como alcalde y al que para sumar debería adherirse Alternativa Ciudadana, que en esta ocasión aparenta mostrar mayor predisposición a salir de la oposición. CC-PSOE, con Alternativa en Arrecife, gobernarían todas las instituciones de la isla excepto Yaiza y Tías, si bien esta última podría también ser gobernada por esa alianza si se suma el Partido San Borondón.
Aunque si de lo que se trata es de acaparar poder, un pacto CC-PP, un pacto entre vencedores, sería el que arrastraría a todas las corporaciones de Lanzarote, exceptuando Yaiza -que seguirá un camino distinto e irrepetible en otras zonas de la isla con un más que posible pacto PIL-PNL-. Es esta la opción con más papeletas si bien chocaría con lo que previsiblemente salga del pacto autonómico, además de encontrar ciertas reticencias a nivel local -es más que posible que Manuel Fajardo Feo no guste de ser teniente de alcalde con Cándido Reguera a la cabeza-. El pacto «entre gallitos» tampoco es del todo seguro.
CC-PSOE, CC-PIL o CC-PP, esas son las combinaciones posibles en el complejo sudoku de las alianzas políticas insulares. Obsérvese que CC aparece como la fuerza hegemónica tras su éxito en las urnas. Los tres pactos con más boletos pasan por sus siglas. Aunque ya hicieron los nacionalistas de la virtud debilidad cuando hace dos años se enfrascaron el luchas fratricidas cuando se convirtieron en la llave tras la Operación Unión y la ruptura de PSOE y PIL. En esto de sumar hay ocasiones en que la suerte de la débil la fuerte la desea.