Un artículo de El País nos ha recordado esa cosita que llevamos décadas teniendo pendiente, aunque los últimos años hayamos hecho como si aquello fuera asunto de un pasado lejano. Hemos estado a otros temas, pero cuando volvimos a mirar los hoteles ilegales seguían ahí.
El alcalde Óscar Noda ha salido en seguida al paso del artículo, asegurando, como no, que en su municipio todo es perfectamente legal. Sigan circulando, háganme el favor, que aquí no hay nada que ver.
Y lo cierto es que sus declaraciones recuerdan mucho a las de aquel predecesor suyo, sin el cual nada de todo esto hubiera sido posible. José Francisco Reyes juraba y perjuraba que en Yaiza la legalidad jamás se había puesto en entredicho. No mucho tiempo después de aquellas declaraciones fue detenido y metido en prisión. Antes de eso confesó haber aceptado sobornos y aceptó la pena de 6 años de prisión. En Lanzarotelandia hablamos sobre el tipo no pocas veces. En nuestros inicios era una de nuestras inspiraciones.
Sí, Reyes pringó. Precisamente el que seguramente menos se benefició con el asunto. Por el camino alguna gente se enriqueció un poco más (porque ya eran ricos), consiguiendo incluso subvenciones millonarias procedentes de Europa.
Llama la atención que mientras nos apresuramos a ejecutar la sentencia que nos pide pagarle 22 millones a los herederos del solar de Ginori, al mismo tiempo no hagamos nunca nada por ejecutar aquellas otras sentencias que hablaban de demoler los hoteles, o al menos restaurar la legalidad con compensaciones que beneficien al interés general. Qué va, aquí la rueda siempre gira en el mismo sentido.