Los comunicados de prensa de los partidos políticos son a menudo soporte de una literatura fascinante y especializada. La comunicación en este ámbito, con su jerga específica y su carga de barroquismo y demagogia, merecería un estudio en profundidad, más allá de los manuales de autoayuda para el gestor público, con consejos sobre el saber estar, el bien vestir y el mejor gesticular.
Un buen ejemplo para el análisis es el texto remitido en las últimas horas por el Partido de Independientes de Lanzarote, accesible a la ciudadanía a través de algún diario digital. En él, el PIL critica las manifestaciones realizadas por el secretario insular del PSOE de Lanzarote, Carlos Espino, en torno al presunto cobro de comisiones a las empresas adjudicatarias por trabajos en el Ayuntamiento de Arrecife.
Las pruebas de la existencia de este peaje de la corrupción, -si quiere obras, licencias o venta de materiales, pase por caja-, desencadenaron el pasado mes de mayo la Operación Unión, según la nota oficial difundida entonces por la oficina de Prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias.
Pero curiosamente, en lugar de salir a la opinión pública para reclamar la presunción de inocencia de los imputados del PIL o exigir una sentencia judicial firme antes de lanzar acusaciones, las declaraciones del señor Espino provocan en los Independientes una suerte de ironía del todo incomprensible.
Porque en ningún momento niegan las imputaciones de mordida en toda regla a proveedores ni defienden la inocencia de los cargos públicos de su partido detenidos por la UCO; como mucho, manifiestan su desconocimiento. Pero a continuación, corroboran los hechos al plantear que el propio Carlos Espino hubiera formado parte de esa trama.
Nadie lo detuvo ni fue interrogado al respecto; no ha participado en la contratación de empresas para el ayuntamiento de Arrecife, única administración junto a Yaiza que ha sido investigada; no tiene denuncias por comportamientos inadecuados ni antes ni ahora…
Pero a pesar de ello, la nota del PIL dice textualmente: Desconocemos si los cuatro meses que el PSOE ha gobernado en solitario ha recibido la citada cifra del 10% o más, o si la ha recibido el partido como organización o se lo han repartido militantes, dirigentes o afiliados.
La acusación a un buen número de ciudadanos desvinculados de la cosa pública es grave. Pero más allá de eso, resulta llamativa la curiosidad por conocer cómo se manejan esos asuntos fuera del PIL. Casi como si consultaran: ¿Y tú como guisas los pulpos, en mojo o encebollados?
Mal momento éste pasa sacar a colación el asunto de las comisiones, en plena negociación de pactos; con un sector del PP y otro de Coalición claramente reacios a devolver a las instituciones a personas como Emilia Perdomo, responsable de la desaparición del kilo solidario, José Miguel Rodríguez, firmante de facturas por 30.000 euros por trabajos nunca ejecutados o José Francisco Reyes, imputado por corrupción urbanística en Yaiza y necesario junto a su partido, el PNL para sumar en algunas instituciones.
Seguramente, a muchos defensores de la unión nacionalista como pasaporte a las instituciones, se les habrá indigestado el pulpo.
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